Texto: Odilius Vlak / Ilustraciones: Eddaviel


Caso de invasión marciana en 1492
LA PROFECÍA DE CACIBAQUEL

Espacio: Santo Domingo, República Dominicana.
Lugar: Universidad APEC.

Tiempo: 24/11/2016.
Hora: 2: 00 p.m.

 La primera señal fue el intenso aguacero. Se diría el apocalipsis orinando con la vagina de una bruja. Dentro comenzó a caer otro, pero de palabras; al parecer inspiradas por un cemí con un trago demás:

Nan Chevalier se tapó la boca extrañado del desvío de su discurso. Y más aún: de ese perfecto acento británico decimonónico. El público asistente a la inauguración del Congreso Caribe Extremófilo ya no sabía qué pensar. Era su tercer chispeo neuronal. 

Como si nada se ajustó la camisa y continuó:

«…les decía que, eeehhh…, en representación de apeeeeec…, les doy las gracias a los organizadores de este congreso por traer la especulación a nuestra universidad; también al Ministerio de Cultura por su patrocinio…»

 La nueva pausa provocó un «oh my God, no otra vez». 

 Eddaviel [organizador e ilustrador], con su sensibilidad gráfica, imaginó su cerebro como un arbolito de navidad celebrando el retorno de la energía eléctrica luego de un mega apagón. 

 Pero las siguientes palabras evidenciaron que en el cerebro de Nan la luz llegó de 220 voltios. Y ni él lo pudo desconectar a tiempo. 

 «Y dicen que este cacique afirmó haber hablado con Yucahuguamá, quien le había dicho que cuanto después de su muerte quedasen vivos, gozarían poco tiempo de su dominio, porque vendrían a su país unas gentes vestidas, que los habría de dominar y matar y…»

 —¡Nos sacamos la rifa de Guanajo con este hombre chico! —exclamó Yoss [escritor invitado cubano]—. Primero citando el inicio de la novela La guerra de los mundos con un inglés que ni H. G. Wells, y ahora…

 —¡ESO! —el rostro de Odilius Vlak [escritor anfitrión dominicano] era el de un emoji pensador de color negro—, y ahora citando a fray Ramón Pané; la profecía de Cacibaquel, padre de Guarionex. No es que su cerebro sea un autobús escolar conducido por Freddy Krueger: alguien lo utiliza como médium, nos envían…

Un «¡heyyy miren!»

 Nan avanzaba en trance directo hacia el afiche del congreso. Su escena, un yucayeque taíno atacado por tres naves espaciales, se proyectó sobre la pared del fondo del Salón Apec de Cultura José María Boneti Burgos. Monologaba fragmentos esquizoides sobre una amenaza; una misión: 

«Una historia pulp espera por nosotros; marcianos invasores; QUISQUEYA no Britania; ¡los taínos nos necesitan; no es gente vestida, no caníbales, no españoles, no… ¡arrrgggggg!»

 El ruido de un chasquido metálico reverberó en todo el salón.

 El tentáculo que sostenía la mujer en el primer plano del afiche, la liberó, azotó fuera de su dimensión capturando al autor de la paradójicamente profética historia: «Invasión en el Puerto de Plata». Todos vieron su figura disminuirse mientras era abducido hacia la nave más alejada en el background de la escena que, como alguien voceó: «¡Guayyyy, ta vivita y coleando!»

 Y así era. El resplandor del fuego que ardía sobre los bohíos arrojó creepy shadows sobre la realidad presente. Los asistentes espantaron la mula al tiempo que una repentina resolución enmascaró los rostros de cada uno de los invitados. 

 —Bueno gente —dijo Leorian [representante de Moro Studio Kingdom]—. Todo parece que nuestra super heroicidad es reclamada ahí dentro. 

 —Solo la nuestra por lo que veo —comentó Erick Mota [segundo escritor cubano] dándole un vistazo circular al salón—, nuestros aliados son sillas vacías.

 —Y el café y las botellitas de agua —agregó Manuel Antonio Gonzáles Cabrera [un freaky de factura cibaeña] acercándose a la mesa para tomar una botella—. Hace calor aquí —concluyó haciendo un gesto al fuego del afiche que se retorcía en repetición de animación 2D.

 Markus E. Goth [nigromante y escritor con cédula serie Zothique] lo miró seguro pensando: coño qué cojones los de este pana

 —El fandom prefiere leer historias fantásticas, no ser parte de ellas —sentenció Joel Morales [caballero de la Orden de Mentes Fritas Film].

 —Igual no estamos abandonados del todo a nuestra suerte —Eddaviel señaló tres figuras fantasmales, ¿hologramas?, que se proyectaron en el centro y ambas esquinas del afiche: H. G. Wells, Caonabó y Hugo Gernsback.  Lo invitaron a que se acercara con un gesto tan perceptualmente confuso como un grabado de M. C. Escher. 

 —¡Mieeeerda, QUÉ TRIO! —profanó un anónimo el momento sagrado. Aunque todos juraron que Caonabó lo aprobó con una sonrisa bien Caribe. 

 Al pie del portal, Eddaviel se inclinaba reverente ante los tres heraldos venidos desde sus respectivos más allá. De cada uno recibió un mandato:

 —H. G. Wells: tu arte me reveló lo que ni siquiera mi acceso after death a la cuarta dimensión: que los marcianos invadieron la tierra, literalmente, siglos antes de que lo hicieran en mi imaginación. Pero esa invasión se repite ad infinitum en su propio espacio tiempo, del cual tu afiche afortunadamente resultó ser un portal.

 —Hugo Gernsback: por tanto, le conferimos a todos ustedes el pulp power para que combatan esos bichos del planeta rojo. Vayan y pónganselas en china como dicen por estos lares. Sé que su hazaña será una gran AMAZING STORY. 

 —Caonabó: el contenido, la información de sus charlas, se transformarán en superpoderes una vez pisen suelo quisqueyano en 1492. Conéctense con sus cemíes interiores para que los guíen en su despertar. Ahora, que el polvo de cohoba sea la máquina del tiempo que los conduzca a su misión: inclinar la balanza a favor de los taínos en esa guerra de los mundos.

 En fila, cada uno se acercó al cacique de Maguana para sniffar su boleto hacia el pasado. 

 Uyuyuyyy, pero qué bueno está este lío; mejor que un episodio de Rick & Morty. No cambien de canal, pues contrario a Looney Tunes, esto no es todo amigos. 

Próxima entrega: Una guazábara contra los marcianos.


Y mientras tanto, en un Caribe paralelo las palabras definen el futuro de esta guerra:

https://youtube.com/watch?v=4G3VWlhcKVI&feature=share

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